domingo, 17 de noviembre de 2013

La crisis de Islandia



Islandia, como muchos otros países sufrió los efectos de la severa crisis financiera desde sus inicios, y ha sido un país que ha llamado la atención por la forma en que gestionó la crisis, pues lo hizo de la forma en que ningún otro país ha sido capaz, y sobre todo, de la forma contraria a lo que recomienda el FMI, y a pesar de ello, o gracias a ello, es el único país que ha salido de la crisis y ha entrado en un terreno de crecimiento positivo.

En ese fatídico octubre de 2008 Lehman Brothers saltó por los aires y los bancos de Islandia quebraron en pleno. El mundo occidental entraba de lleno en la Gran Recesión y el pequeño país del extremo noroeste de Europa cayó en una profunda crisis.

Todo el continente se estremeció. Ellos fueron los primeros; luego el azote se extendió. Pero las respuestas no fueron las mismas. Islandia optó por no cargar a los ciudadanos con los errores de sus bancos. Europa, se embarcó en severas medidas de austeridad para sostener a su sistema financiero.

Islandia en 2007 era país pequeño, poco poblado y con alto grado de bienestar social. Cuatro pequeños bancos operaban en el interior del país. Poco a poco se fue permitiendo privatizar ciertos recursos, se facilitó la especulación bancaria. Se abusó de la vivienda como recurso de inversión, llegó el boom inmobiliario y con él, la concesión de créditos sin límite.

El PIB per cápita de los ciudadanos islandeses pasó de 53.000 dólares a 39.500; en general, todo se vio afectado a la baja, como sus exportaciones, que descendieron de 5.400 millones de dólares a 4.000 millones; o su inflación, que llegaba al 12% en el 2009.

Finalmente, Islandia tuvo que pedir un rescate internacional del FMI que le obligó a acometer importantes ajustes económicos. Pero, ahí empieza la diferencia: el Gobierno islandés no desembolsó ni una sola corona de los contribuyentes en los bancos. Los dejó quebrar.

 En octubre de 2008, fueron nacionalizados los tres mayores bancos —el Kaupthing, el Landsbanki Íslands y el Glitnir— y su deuda pública empezó a multiplicarse. Un año después, el Parlamento renegoció la deuda y acordaba devolver la deuda a Gran Bretaña, Alemania y Holanda, sus principales acreedores bancarios, y permitió que tomaran el control de las nuevas entidades.No obstante, se calcula que los tenedores de la deuda sufrieron una quita del 70%. Cada familia islandesa debía pagar 3.500 coronas durante 15 años al 5,5 % de interés. Aumentaron las protestas sociales y se convocó un referéndum en el que se decidió rebajar el interés al 3% y aumentar el periodo de pago a 37 años.


Luz al final del túnel

A Islandia aún le quedan asuntos por resolver, pero está en el camino de conseguirlo. Su deuda pública y privada continúa reduciéndose aunque sigue suponiendo el 100% del PIB, la inflación no está del todo estable ya que está por encima del 6% y, aunque pagó anticipadamente de 339, 2 millones al FMI, aún le queda parte del préstamo por devolver.

El mismo órgano pronosticó una "recuperación duradera", a pesar de que los bancos quebrados reciben constantes reclamaciones de sus acreedores, y  publicó en 2012 una revisión sobre el Estado de Islandia y las previsiones dicen que ese año su economía crecería un 2,4%, con un consumo privado tirando al 3% y compensando la caída de la inversión pública fruto de las medidas de austeridad.

Son cifras esperanzadoras que demuestran que Islandia se ha recuperado de la crisis, después de un gran esfuerzo.

2 comentarios:

  1. Percibo un cierto reproche a la política frente a la banca del Gobierno Español al decir que Islandia no invirtió dinero del "contribuyente" para salvar a los Bancos de la quiebra. El problema es que España ha basado su economía en un endeudamiento continuo y los bancos han puesto los intereses en uno o dos puntos sobre el Euribor (hablando de hipotecas que es lo más representativo) mientras que EEUU por ejemplo, tiene un tipo de interés del 8 o del 9%, estableciendo así una criba de clientes que no terminarían de pagar la deduda y no avalarían con el inmueble. Quiero decir con esto que si España deja los bancos a la deriva, lo que quiebra detrás de los bancos es el Sector público y ¿qué es un país de Estado sin sector público?. Sería una situación insostenible.

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    1. La solución más sencilla que veo en estos momentos es la creación de más empresas como Sareb, que se hagan cargo de la deuda de los bancos y ya poco a poco se irá pagando, o vendiendo a modo de emisión de bonos de renta fija. A gustos del consumidor

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